Crónica. Abast Grup 2 - Mapfre 10

martes, 11 de noviembre de 2008

Pos como ya le he comentao a mucha gente, lamento mucho no haber escrito antes la crónica de lo que ayer sucedió entre los "bravos de Puente" y los mariquitas de Mapfre. ¿que pasa que porque van de rosa ya son mariquitas? Pues no lo sé pero yo he venido aquí a hablar de mi libro.
El caso es que no quería aprovechar el horario laboral para procrastinar en estos menesteres así que he creado una tarea programada que lo publique tres horas antes de escribirlo. Cosas de la tecnología. Ahora mismo estoy en mi casa escribiendolo.

A lo que estamos: que nos dieron otra vez pal pelo con todo lo gordo. 8-2. Pero que nadie se lleve a error. No nos merecimos los 8. 4 a lo mejor sí pero 8 no.
Al principio parecíamos un equipo de fútbol. Hacíamos nuestras cositas de pasar y de meter un gol con Zinedine Ramos haciendo ruletas marsellesas con las JuanRa Ramos corriendo la banda, Pablo Van Nistel con el balón controlado arriba... y el cateNacho/David desbaratando lo que pillaban en defensa.
Y Puente espléndido como portero, que no como pasador en corto.

Al final de la primera parte el 3-1 parecía que se podía llegar a algo importante, perder por poco, un empate, cinco duros para un bocadillo.
Dimos la impresión de equipo que quería balón.

Al empezar la segunda parte, el 23, más conocido por su faceta de guapo que de goleador, pilló un balón y muy en contra de la opinión extendida de que hizo una jugada de Oliver Aton, pegó al balón porque le venía directo al escroto y lo coló en la portería. El delirio en la grada se hubiese oído si alguien hubiese venido a vernos.
Pero como poco dura la alegría del pobre, ahí acabó la ilusión. Pablo "VanNis" se terminó de joder que es lo que tiene jugar eslinzado y con uno menos, se jodió tiriri. Como siempre vamos más justos de energía que de gente que ya es decir, pos habría sido un buen momento para que se fuese la luz.
Todo el amor que destilábamos la primera parte, se convirtió en desesperación, abujetas. Empezaron a llover los gritos desde la meta.
Gritos que aun hoy oigo retumbando en mi celebro. Y empezaron a llover goles hasta completar el byte. ¿y que le vamos a hacer si yo nací en el mediterráneo?

Me quedo con el dato: si aguantamos un partido a este ritmo y jugamos con un par de cambios, igual algún día ganamos o al menos juntamos los dos euros que me faltan para el autobús a Segovia.
Hala.

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